
...y si el viento se pone sus guantes de seda y a su vuelo pasa sus dedos por tu cabello y juega...
acaricia en ondas los movimientos de tu pelo que a merced queda de los caprichos, vórtices y volutas que genera, como director de orquesta que agita sus manos al compás de las cuerdas rojizas de tu cabello cobrizo.
Y si el viento puede....Quien fuera Eolo y Ehecatl, quien fuera brisa para hundirse en tu cabellera y revolotear en tu aroma, sumergiendo el rostro en perfumada enredadera, red que atrapa a su presa.
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